Libro Micro Series (dibujos Juanlu)

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Publicado por Pablo en 21

viernes, 29 de marzo de 2013

Concurso Microrrelatos Inspiraciencia


Cuestión de prioridades


Querida Lucía

 
     Tú lo sabes bien, te lo explique muchas veces, y creo que quedó claro. Esta dualidad no es buena, ya te lo dije. El mismo fenómeno lo percibimos de modo distinto, y eso aun nos crea divergencias. Lo que es redondo siempre lo será, lo que es plano cumplirá las mismas especificaciones. No pretendas ver cuadrados en esferas, y círculos en triángulos. Aunque no se vea lo que sentimos tenemos la misma reacción química. Tantas veces te lo he manifestado que sigues creyendo que soy un descerebrado por pasarte anotaciones y frases, por haberme posesionado de tus días, por dejarte caer entre mis brazos. Siempre los rechazaste diciendo que tengo diversa multiplicidad de estados, que me cambio de careta y chaqueta según la conveniencia y que no soy una persona cabal. Que cuando exploto mi estructura atómica se altera, que son teorías las perturbaciones en las que me introduzco, zambulléndome en un universo de estados mecánicos que hace que olvide quien fuiste, quien eres. Debo decirte que me agobias con tanto te quiero, ¿no quedó claro que era lo de menos?.

     Tus ondas me llegan como partículas electrodébiles, erizándoseme el vello. Es la única forma de poder sentir que llegas, y volar alto por encima de tus nubes. Las mías las disipé de mi cabeza, y ahora veo estrellas. Entonces me hablas de universos paralelos, de dietas, de amor fugaz al enseñarte los dientes. El cielo es muy ancho, y nuestra química nula, según lo acordamos, no sé qué hacemos alterando nuestra estructura atómica, porque el espacio-tiempo se curva, y cuando eso sucede podemos derrapar en la primera curva. No quieras ser Dios jugando a los dados, ni jugar a la oca porque puedes caer en el pozo.

     La mecánica cuántica dice que eres microscópica, y por lo tanto, como microbio acabaré tomando penicilina si no eres clara, porque es la única forma de curar la enfermedad, para que mis átomos y su núcleo no vibren más por ti, y mi química esté libre para hacer otros ensayos y quién sabe, encuentre al amor que no me exija tanto, aunque sea en otra esfera paralela. Te lo juro que lo haré si no cambias.

 

                                                                                                         Tu amante    

miércoles, 27 de marzo de 2013

Triple C (Febrero 2013)



El posado


Esfuércese por no moverse y así pueda conseguir un equilibrio cromático. Ajustaré los tonos demasiado calientes que desprenden por suaves y los fríos los dejaré inocuos. Pintaré sobre las sombras más marcadas un nuevo camino. Quizás violeta e incluso el azul le darán una nota de tranquilidad. El rojo cadmio será indudable para la alta tensión, el punto cromático más saludable. La obra quedará fantástica, pero no va a quedar tan intensa como la vida oculta que ustedes llevan.




Naturalmente


Ni tú ni yo nos miramos. Solo mantenemos la distancia según lo acordado. Cuando llegue la noche continuaremos la ilustración, y quizás pueda que del impresionismo acabemos siendo parte de la obra.


Estas son las aportaciones a la ilustración que se presenta este mes en triple C
" The Barber Shop" pertenece a Edward Hopper y es compartida por Artist Studios


viernes, 22 de marzo de 2013

Revista digital Minatura nº 125 " La Alquimia "


Textos publicados en la revista digital
Minatura nº 125
 
La Alquimia


Transmutación

    El bufón hace las cabriolas oportunas para entretener al rey y al resto de la corte. Todos aplauden sus andanzas, el vocablo, las expresiones artísticas. Al ver que surten efecto sus inventos comienza a imitar al mago, en sus pócimas y sortilegios, queriendo transmutar la materia. Resulta tan gracioso que el rey le incita de nuevo a hacerlo. El bufón lo repite hasta la saciedad, todos ríen y son felices.
    En una de sus intervenciones es interrumpido por el mago de la corte, que aparece en el fondo de la sala. El bufón al verlo detiene el espectáculo, abatiéndose el silencio. Hasta las carcajadas del rey se apagan de golpe, intuyendo que le lleva malas noticias.
    El rey se acerca y el mago haciéndole la oportuna reverencia comienza a explicarle lo que ocurre. Al alquimista se le están acabando las presas. Le dice que es el ensayo trescientos, y los dragones aún señor no ha conseguido transmutarlos en seres más manejables. Si no les damos de comer acabaran famélicos y su reino desprotegido acabará en manos de bárbaros.
    El rey duda. El mago le asiente que lo único que buscan es transmutar a los dragones para que estén a su servicio. Si lo consiguen nadie tendrá una flota tan basta ni poderosa, el oro será la recompensa posterior, podrán robarlo de los pueblos vecinos.
    El rey se detiene a pensar, mientras mira al bufón. Al sentirse observado intenta colarse entre la multitud.
-Ya se la solución – grita el rey.– ¡Atrapadlo! – señala con media sonrisa.
-¿Porqué yo señor?
- Por haberte reído de mí poder.



El final del mundo


Al transformarlo todo en oro acabaron muertos de hambre. La ambición fue el último jinete del apocalipsis.
 
 
 
El Alquimista y el rey
      Cuando al alquimista le llegó a los oídos que existía la gallina de los huevos de oro, rápido se lo dijo al Rey. En Rey en su afán de poder movió en consecuencia las fichas, instaurando de forma bien definida y en escala a los lacayos de la corte una intrépida misión. Si con ellos no fructificaba enviaría en segundas tornas a los bufones, y por último a los caballeros de la corte. El alquimista se frotaba las manos al ver instaurado un nuevo orden, siendo el punto que dio origen a tan barbarie razonamiento. Había dedicado toda una vida para convertir en oro cuanto le placiese, y no dio con la fórmula que lo alzara al cielo del estrellato. Ahora el rey con su veredicto en la mano, y mucho más poder, seguro conseguiría tan ansiada joya, la promesa de toda una vida, el elixir eterno, la facultad de transformarlo todo en esa esencia luminosa. En el primer atisbo no hubo suerte. Ningún lacayo de los más de los mil que salieron encontró indicios. Los bufones con sus espectáculos corrieron medio mundo sin obtener tampoco resultado. Los caballeros iban a tener una dura tarea. Subidos a las grupas de los caballos recorrieron cielo y tierra, hasta dar finalmente con un señor ermitaño que les indicó el lugar exacto donde encontrarla. Agradecidos fueron en su busca. Al llegar lo único que vieron fue una famélica gallina que apenas se sostenía en pie, medio desplumada y a punto de quedarse tiesa como un palo. Uno de ellos bajó y cogiéndola la metió en un saco. De vuelta a casa, trotaron alrededor de siete días, hasta que llegaron a las puertas del castillo. El portón se abrió, siendo recibidos por el rey, emocionado por la victoria en la misión. Al abrir el saco la gallina había muerto, con el pellejo pegado a los huesos y una protuberancia redonda reluciente (era una moneda de oro) en el vientre. El problema vino después, cuando todas las gallinas del reino tuvieron que ingerir una, y el rey con tanto dinero, en vez de repartirlo entre los pobres se dedicó a tecnificar las armas, para que fueran fulminantes y exterminar a los pueblos opresores. El alquimista acabó en el estrellato, indolente y supremo lo proclamaron el nuevo sucesor.

 
 
Portada de la revista efectuada por: Alchimie/ Didizuka –Seud.− (Francia))
Este es un nuevo número en el que han publicado tres textos. Las traducciones al inglés han sido efectuadas por Sara Mesa y Manel. Aun no lo he ojeado, pero no tardaré... gracias a los que la hacen posible y a los traductores.
 

domingo, 10 de marzo de 2013

Interrupción en las publicaciones

Abro este pequeño espacio para comunicar que por causas ajenas a mi persona voy a estar un pequeño tiempo ausente, que espero sea lo más corto posible. Por lo que me limitaré a publicar algunas entradas que ya tenía prevista, y participaciones en algún blog. A veces las cosas se presentan de forma súbita y no hay remedio posible por evitarlas.

Quiero y deseo a todos los que visitáis la página comprendáis este pequeño lapsus, que retomaré  con más fuerza una vez vuelva de este paréntesis.

Gracias por estar ahí.


Un saludo cordial y atento

Fco Marcos